A través de los años hemos podido observar cómo la tecnología y la digitalización ganan más terreno en diferentes áreas y aspectos de la vida. Sin embargo, el actual escenario mundial -pandemia- nos obligó a acelerar todos los procesos a un ritmo sin precedentes.
Lo cierto es que la pandemia nos enfrentó a nuevas realidades y hábitos de consumo, trabajo y vida. Uno de estos cambios sin duda es el auge de los medios de pago digitales. Bien sea por seguridad o comodidad esta opción llegó para quedarse y evolucionará de manera rápida en la industria financiera.
En condiciones normales, cada día eran menos las personas que contaban con dinero en efectivo en su billetera. Y es que, a pesar que aún no se implementan de manera masiva, algunas tiendas cuentan con métodos de pago digital y sin contacto.
Grandes tiendas e instituciones como el retail, farmacias, restaurantes, centros educativos, entre otros, cuentan con el sistema más común que es el pago con tarjetas de débito o crédito sin contacto. Pero otras compañías, como cafeterías internacionales o distribuidoras de combustible, ya cuentan con billeteras digitales que permiten realizar el pago desde el dispositivo del cliente.
Ciertamente, el ecosistema financiero en el país ha ido evolucionando desde hace algunos años con el objetivo de entregar mejores servicios a sus clientes. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer.
En algunos países se están probando o implementando nuevas formas de pago. Una de ellas es la pulsera cashless, un método incipiente en Chile, que se basa en dispositivos que funcionan como billeteras electrónicas. Asimismo, la auténtica revolución en este campo son los pagos mediante herramientas de identificación biométricas: el rostro, huella dactilar o el iris.
De hecho, en Brasil se está probando la autenticación con reconocimiento facial como una nueva forma de pago. Asimismo, el banco BBVA en España se encuentra desarrollando métodos de pago basados en tecnologías biométricas para hacer ‘invisible’ el momento del pago en comercios y ha empezado a utilizarlos en las cafeterías y restaurantes de Ciudad BBVA.
Ciertamente, el abanico de posibilidades que entregan las nuevas tecnologías es mucho más amplio que antes, y la idea es que permitan que la relación entre los clientes y el comercio ofrezca formas de pago más seguras, entregando soluciones que aseguren que esta relación sea fluida, flexible, dinámica, multicanal y que abarque varias formas de pagar.
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